Estos días se están poniendo a prueba los planes de crisis de toda índole, la respuesta ciudadana a las contingencias, la capacidad del sistema médico o la solidaridad y empatía entre países, regiones, ciudades y hasta barrios. Pero también es un momento de fakenews, creatividad, buen humor, flexibilidad y hasta de tiempo de estar en familia. Esto del coronavirus, nos está poniendo frente a situaciones que sólo habíamos visto en películas y para las que nadie nos había preparado. Así que tomando la máxima (China por cierto) de que toda crisis es una oportunidad, este coronavirus también nos está enseñando algunas cosas.
De cómo una buena comunicación es casi la mitad de la gestión de la crisis
Vale, se entiende que es una fina línea entre no querer causar alarma innecesaria y proteger a la ciudadanía. También se puede entender que en los primeros estadios de la propagación del virus no había muchas certezas, pero la correcta gestión de la comunicación es fundamental para encarar una crisis de estas dimensiones: que la gente entienda y empatice con la situación, presuponer que la ciudadanía es madura y que está preparada para asumir las responsabilidades que requiere una situación excepcional.
Nos decían que tuviéramos cuidado, que un plan de contención… pero hasta estos últimos días, (con la famosa pizarrita ya de la curva más o menos pronunciada) no nos han explicado, ni nos han corresponsabilizado a los ciudadanos de la situación y de nuestro poder para revertir, o al menos minimizar, las consecuencias del contagio.
Llevamos semanas debatiendo de si era más o menos grave, más o menos mortal, de si pasaba en tal o cual sitio. Ha sido un tiempo desaprovechado para tomar, si no medidas, al menos, concienciar a la gente. Unas semanas en las que alguien podría haber expuesto la situación clara y con transparencia y, sobre todo, hacernos coparticipes de lo que se sabe, no para alarmar, sino para preparase:
– “Señores, señoras, si la situación llega a este punto, hay que arrimar el hombro quedándonos en nuestras casas por esto, por eso, y por lo de más allá… puede que se de, o puede que no, estamos trabajando para que esa situación no se produzca, pero deben Uds. saber que, llegado el momento, necesitamos su colaboración y deben saber su rol en todo esto”.
La comunicación, ergo “compartir información”, como ha demostrado la comunidad científica, es la mejor forma para luchar contra cualquier amenaza. En este caso una pequeñita pero muy puñetera, y demasiado rápida. No es momento de valorar el alcance, si es mayor o menor el peligro, pero desde luego, es una oportunidad de aprender y aunque sea solo como un simulacro planetario de que algo así puede suceder, en comunicación, al menos hasta las últimas horas hemos suspendido. Espero que este no sea el examen global y que tengamos “repesca”.
De la digitalización de las empresas para gestionar el trabajo en remoto
En algunas empresas llevamos años invirtiendo en digitailización de procesos, en teletrabajo. Parecía una fricada de algunos snobs que nos gusta cacharrear con la tecnología, o de algunos padres/madres que necesitaban conciliar. Ni el gobierno ha sabido / querido / podido legislar para fomentar las inversiones en digitalización y en políticas laborales para fomentar el teletrabajo.
Muchas empresas se llevan hoy las manos a la cabeza, otras, como nosotros, simplemente hemos cogido el bolso, y nos hemos ido a trabajar a casa, sin ningún trauma ni problema. Ya lo hemos hecho en otras ocasiones en modo beta, es verdad que durante un día o dos y ahora es indefinido… pero hoy por hoy podemos decir con orgullo (y toco madera de que solo sea cuarentena y no la enfermedad) que en Art Marketing un virus no nos parará.
Lo que supone de responsabilidad social de la empresa
El coronavirus también nos dejará otra interesante lección, la de cantidad de viajes y reuniones que son prescindibles. Que, si se trabaja en red y colaborativamente, no hace falta dedicar tanto tiempo a traslados que nos restan calidad de vida, y, sobre todo, que nos deja una importante huella de carbono que podríamos evitar y seguir siendo eficientes.
No menos importantes son los otros frentes: el factor humano, la flexibilidad, la formación, la capacidad de adaptación, el trabajo en equipo y algunas otras de las llamadas soft skills que determina si una persona tiene actitud, además de aptitud.
¡Ahora es el momento de desmostrar que se es responsable y no solo de boquilla, no solo por parte de las organizaciones, sino también a nivel individual!
Y ¿qué decimos de los medios y de las redes?
Se harán tesis doctorales sobre cómo han tratado los medios de comunicación las noticias del coronavirus. No podemos echar la culpa a nadie, esto no tiene precedentes, pero en lugar de hablar tanto, ¿porqué no se contrastan las noticias? ¡Si eso es de primero de periodismo!
Y de paso, como decimos que los medios están viviendo una crisis de identidad, creo es un buen momento para reflexionar y preguntarnos porqué no confiamos en los medios tradicionales, porqué nos fiamos más de un whatsapp que viene redirigido no sé cuántas veces, que de un medio que está informando. Hay que hacerse revisar la credibilidad, y sin credibilidad, ¿qué sentido tienen como informadores?
Sugerimos, con toda nuestra ingenuidad y consecuentemente con el lema que nos define, que las buenas noticias, no tienen porqué ser buenas, sino bien dadas. Que, en definitiva, los medios no se conviertan en un altavoz de falseades, que no sean amarillistas, pero que se den la oportunidad de rascar un poco más y de preguntar en otras fuentes. A veces la verdad no es la que quieren contarnos… ¿o sí? ¿quién sabe?.
Autor:
Beatriz de Andrés, CEO de Art Marketing